Si te has decidido a cocinar con gas es necesario que conozcas las principales diferencias entre las dos opciones más habituales: natural y butano. Estas dos alternativas tienen distintas características que desarrollamos a continuación para ayudarte a tomar una decisión.
Propiedades.
En cuanto a sus propiedades, el butano es todo un clásico en nuestro país y antiguamente era la fuente más utilizada. Es una mezcla de hidrocarburos que proceden del refinado de petróleo. Se comprimen hasta convertirse en líquido para venderse al peso. No huelen ni son tóxicos, aunque por seguridad se les añade mercaptano para obtener ese olor característico que todos reconocemos.
El gas natural es un hidrocarburo compuesto esencialmente por metano. Podemos encontrarlo en cualquier parte del mundo, ya sea en los depósitos situados en las profundidades de la superficie o en los océanos. Se obtiene directamente de la tierra sin necesidad de ningún tipo de transformación, de manera que se consume exactamente igual a como se encuentra en la naturaleza. El gas natural es una energía limpia, la menos contaminante de los combustibles convencionales, teniendo en cuenta que emite a la atmósfera menos dióxido de carbono.
Accesibilidad.
En términos de accesibilidad, el butano es un tipo de energía ideal en contextos de bajo consumo o cuando no llega la red de distribución de gas natural. Con las bombonas de butano, un técnico visitará tu casa y realizará un chequeo de las canalizaciones necesarias, tras lo cual te hará un presupuesto para la instalación en base a los costes derivados. Se trata de una instalación poco intrusiva y barata, llevada a cabo por fontaneros y empresas autorizadas. Tienes que tener en cuenta que debes prestar atención al mantenimiento y a la seguridad de las instalaciones y que, si optas por esta opción, necesitarás contar con un espacio extra destinado al almacenamiento.
El gas natural es una energía de fácil acceso para cualquiera que quiera disfrutar de ella, ya que se canaliza permitiendo su plena disponibilidad, no impacta en el entorno y está presente en una extensa red de distribución de más de 53.000 km, conectando más de 5.3 millones de puntos de suministro en más de 1.000 poblaciones. Si el gas natural llega a tu zona, tienes que solicitar una conexión a la red de distribución, (quienes te harán un estudio y te enviarán un presupuesto), y te cerrarán una cita con un instalador cualificado para que haga la instalación. Si la nueva instalación es para agua caliente y cocción, se realiza en medio día y no necesita obras que requieran una gran inversión o complejidad. En el caso de que lo que quieras calefacción, la instalación puede requerir 3 días, dependiendo de las características de la vivienda.
Suministro.
Las cocinas de gas butano necesitan sustituciones regulares de la bombona. Cargar con el peso de estos utensilios y tener que llamar al proveedor son un gran escollo que produce incomodidad.
El gas natural, es una energía cómoda, no es necesario sustituir la bombona porque el suministro es continuo. Este abastecimiento se produce de forma ilimitada en base a las necesidades del usuario. Además, no necesita espacio de almacenamiento.
Precio y confort.
Más allá del consumo que hagamos, las bombonas de butano tienen un precio más asequible que el gas natural (no llega a los 13€). El precio está regulado por el Gobierno, que cada 90 días decide si se incrementa o reduce. Esto obliga a las empresas suministradoras a cumplir con la legislación, por lo que normalmente es una alternativa muy económica.
Con gas natural podrás tener además calefacción, con un ahorro importante frente a la electricidad o el gasoil, que posibilita que el usuario medio pueda tener la calefacción encendida durante más horas, sin perjudicar su economía. Esto genera una temperatura media constante en el hogar que con otras energías comprometería tu bolsillo, como en el caso de la electricidad. Además, como el suministro es constante se eliminan los cambios bruscos de temperatura, lo cual se traduce en confort y ahorro.